Balcones

Los balcones, normalmente abiertos, se podría decir que son una especie de “refugio inverso” , un espacio que te arropa no por su tejado, sino por su ausencia de él. En un lugar donde todo son paredes y puertas, rincones oscuros y bombillas encendidas, un oasis de aire fresco es tan bienvenido como un helado en pleno Agosto. Los amantes del mundo exterior encuentran su paraíso en un lugar que a veces no supera los tres metros cuadrados, simplemente por el hecho de que en él se hallan los recursos más valiosos de todo ser vivo: la luz solar y el oxígeno. Sin embargo, existe una subespecie de ser humano a la que se ha denominado “ermitaña” por su reticencia a la socialización y el mundo exterior. Esta palabra que, según el diccionario, significa “persona que vive en soledad”, le da un matiz un tanto triste y decadente a dicha especie, probablemente porque ha sido impuesta por aquellos que sí aprecian la vida en sociedad, y que consideran a los opuestos como seres alejados de la vida...